Un contrato de seis meses
Nuria de Miguel Poch, Secretaria General de la Fundación Amigos Museo del Prado, 1989-Actualidad
Soy Nuria de Miguel, la Secretaria general de la Fundación Amigos del Museo del Prado. Entré en la fundación y en el Museo en 1989. Era muy joven, tenía veintitantos años y me llamó Ana Martínez de Aguilar, que era entonces la Secretaria general. Acababa de entrar el nuevo Presidente, el Duque de Soria. Era el momento en que iban a desarrollar lo que se había proyectado hacía unos años: agrandarlo, y asentarlo. Me hicieron un contrato por seis meses. La condición era que yo tenía que conseguir recaudar tantos fondos como el sueldo que a mí me estaban pagando. No era gran cosa pero sí era un reto. Recuerdo que convoqué a todos mis hermanos, que somos ocho, y les dije “tenéis que ser todos amigos del Museo del Prado porque si no me echan". Y eso fue el principio de una fundación muy pequeña, donde trabajábamos sólo Ana Martínez de Aguilar, una secretaria y yo. Era todo planes e ilusiones, y nunca pensé que fuera a quedarme aquí tanto tiempo. Mi contrato era por seis meses y las cosas fueron evolucionando, hasta hoy. También es verdad que ocurrió lo que ocurrió, cuando se nombró Director del Museo del Prado a Francisco Calvo Seraller, que estaba en nuestro Patronato, tiró de Ana Martínez de Aguilar, que era la Secretaria general, y yo me quedé en primera fila pues éramos tres. Con muy pocos años me tocó ser Secretaria general. Una cosa lleva a la otra. Como esto nunca ha dejado de crecer y como el Museo evolucina tantísimo, siempre hay nuevos proyectos. Tampoco he tenido tiempo de decir “voy a dejar esto y me voy a dedicar a otra cosa”. Primero porque no he tenido tiempo, segundo porque me gusta, porque disfruto y no me aburro. El trabajo consiste fundamentalmente en dirigir un grupo de personas, que en este momento ya son veinte, más los voluntarios, los becarios, los estudiantes que tenemos en prácticas; y tener la relación con el Patronato de la Fundación, que al fin y al cabo son los que mandan, los que marcan las líneas de actuación, y tener a su vez la relación con el Museo del Prado, con su dirección, para saber qué necesidades tiene el Museo, y dónde podemos ayudar. Eso es lo que hago, la coordinación entre las dos instituciones y el desarrollo de todos los proyectos que propone el Museo, y que se aprueban en el Patronato.