El Prado, una escuela maravillosa
Ana Gutiérrez Márquez, Técnico Superior de Museos (Conservación de Pintura del Siglo XIX), 1975-2018
Soy Ana Gutiérrez y trabajo en el Prado desde el año 1973. Mi relación siempre ha sido con el Casón del Buen Retiro. Siempre he trabajado en el Departamento de Conservación de Pintura del Siglo XIX, por tanto, si tengo alguna historia que contar, es una historia referida casi exclusivamente al Casón.
Yo entré para hacer prácticas recién acabada la carrera. Acabé en junio y en septiembre escribí al responsable de la sección del siglo XIX para ver si podía hacer prácticas aquí. Por dos motivos fundamentales. Primero, porque era un requisito indispensable para poder opositar al cuerpo de conservadores de museos. Y segundo, por mi propio interés porque me parecía que el Prado podía ser una escuela maravillosa para aprender de museografía. El caso es que efectivamente entré en el Museo. Mis primeros trabajos fueron muy importantes porque me enseñaron a catalogar, a ver una obra desde el punto de vista de la conservación, aspectos que en la carrera prácticamente no ves. Me quedé encandilada ya por completo.
Uno de los trabajos más importantes —al que hoy incluso estamos sacando rendimiento— fue un vaciado de todos los pintores que acudieron a las exposiciones nacionales durante cien años. Fue un trabajo importantísimo para mí y que hizo —si es que tenía alguna duda—decidirme por completo a dedicarme al mundo de los museos. Verdaderamente me di cuenta de lo que podía ser un trabajo precioso de documentación, de historia… Un trabajo que no era tanto relativo a la conservación de los cuadros sino a la historia y a la investigación sobre los cuadros.